miércoles, 5 de febrero de 2014

Los Zapatos de la Reina (y de alguién más)


Hola Queridas!!


No nos hemos ido...es que el blog se nos quedaba pequeño para tanta "creatividad" y decidimos "cerrar" unos días para escribir un libro.


Hemos empezado por un Micro Relato para la revista Elle.


Se trataba de elaborar un relato con 150 palabras (creo...porque los números no son lo mío) en el que apareciesen estas tres palabras Stiletos, Viaje y Habitación.


Qué os parece? Está bien para haberse hecho en una hora, no?? ( me costó más tiempo "entender mi propia letra" Dios mío!! Dice una amiga mía que tengo entra árabe...


Espero que os guste, Queridas!!





LOS ZAPATOS DE LA REINA( y de alguien más..)



En Marsella, aquel 28 de Octubre de 1533, todo estaba dispuesto para celebrar los esponsales entre Enrique y Catalina.


El enviado Veneciano, todavía exhausto del viaje, se apresuraba a escribir, desde la habitación de palacio, sus impresiones sobre la joven novia.


"Su boca es demasiado grande, sus ojos, los propios de la familia Medicci, y en conjunto, sus rasgos no son muy delicados; sin embargo la apariencia de la joven es distinguida, con una figura pequeña, aunque muy bien formada, una piel hermosa y unas manos con una forma exquisita".


Y es que jamás una hija de soberanos se hubiese visto más solicitada que aquella descendiente de mercaderes. No en vano, Catalina llevaba en su ajuar muebles preciosos y blondas finísimas, hilos de perlas y piedras de tallaje excepcional y la propia joven había ordenado al séquito que tuviesen especial cuidado con una de las cajas, pues portaba los zapatos que luciría el gran día, con los que Catalina se mostraba entusiasmada.



Iba maravillosamente vestida a la italiana, lo que propició que las nobles francesas y demás invitadas enmudeciesen al verla. Durante semanas, desde su llegada a Francia, sus damas habían estado preparando sus bellos y costosos atavíos. Nada menos que 300 piezas de telas doradas y plateadas y sedas carmesí, componían su vestidor y es que desde el momento en que Catalina conoció la identidad de su esposo quiso causar una gran impresión en la corte real francesa, aunque sabía que lo tenía difícil, pues éstos eran poco dados a las exhibiciones de poder de los extranjeros, cuanto más si esta venía de una jovencísima italiana sin sangre real.



Aunque el viaje había sido agotador, la puesta en escena resultó triunfal gracias a que Catalina consiguió disimular su baja estatura con la ayuda de un artesano zapatero florentino, que elaboró para ella unos elegantes zapatos altos y modernos para la época.

Ella sabía que todos la estaban escrutando con sus miradas, pero se sentía cómoda, bella y segura sobre aquellos maravillosos tacones sobre los que bailó y disfrutó toda la noche. Hasta que llegó la hora de abandonar el baile para cumplir con los deberes maritales. El padre del novio los acompañó a la alcoba y allí permaneció hasta que los cónyuges consumaron el matrimonio.



No es ni de recibo pensar en lo que sentiría la joven Catalina en aquellos momentos, pero seguro que sus zapatos fueron testigos de una noche imborrable para ella...




Aquel primer año de matrimonio Catalina logró hacerse con la simpatía de la mayoría de sus damas a las que cautivó,además de hacerlo con su inteligencia, con el estilo italiano que poco a poco logró introducir en la corte. Las francesas querían tener unos tacones cada vez más altos, al estilo de la Reina.



Eran las Navidades del año 1534 y en una alcoba del cercano palacio de Chenoceaux, Diana de Poittiers, recibía un regalo de manos de su amante el Rey. Se trataba de unos preciosos zapatos con un tacón "vertiginoso".



Al verlos Diana exclamó entusiasmada "Son los stilletos más bellos del reino"...








( a ver...para aquella época si)


Jajajajajajá...


Ro de Equipo HQ!

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